Todos sabemos de internet, o porque cualquiera se considera apto para opinar sobre SEO, social media, diseño web y similares

Todos los españoles llevamos un seleccionador de futbol dentro.

Esta frase es un clásico, pero es muy cierta, y del mismo modo que todos nos consideramos aptos para hacer la alineación perfecta de la selección de futbol, todos nos consideramos entendidos en internet, y por la misma regla que lo de la selección. Como he visto mucho futbol, sé de futbol; aplicado a internet, como he visto muchas páginas web o utilizo mucho las redes sociales o Google, sé de internet.

¿Haber visto miles de webs te convierte en especialista o experto en internet? Rotundamente no. Fijate la de horas que llevo montadas en moto y no se nada de mecánica.

Se que este principio es, si lo pensamos, totalmente absurdo. Es como si por conducir muchas horas yo considerara que ya estoy preparado para diseñar o reparar un coche. Y probablemente mucha gente lo entienda así, seguro que todos los que tengan sentido común y confien en los profesionales de cada rama. Es como si fuéramos al médico, éste te dice que tienes una rotura de ligamentos y tú empezarás a decirle “no lo creo, en mi opinión es una distensión”. A casi nadie (porque alguno habrá) se le ocurriría hacer eso, pero, ey, si hablamos de diseño web, de usabilidad, de copys, de SEO, de análisis web, de publicidad y atención al cliente en internet eso cambia, porque todo el mundo sabe un huevo, o eso parece.

Grupo de expertos en internet valorando el SEO en función de la densidad de keywords y valorando la analítica en base a páginas vistas

La realidad de muchas de las personas que trabajamos todos los días en este sector es que cada poco, cada muy poco, siempre tenemos que oir la voz del “entendido” de turno, que se descuelga con opiniones y frases de gran calado y significado como “esta web es muy fea y por eso no funciona bien”, “esto funcionaría mejor si lo hiciéramos en blanco” o “esta web es patética”. Todas estas frases aportan un gran valor y permiten mucha mejora, desde luego. Es como si yo le digo a mi interlocutor “macho, que feo eres”. Esa sería mi opinión, la mía, pero probablemente no la de su mujer o su madre. Vale que esto pasa en todos los sectores, de acuerdo, pero desde luego en el sector internet es algo muy muy llamativo y flagrante. Hablamos de personas que opinan sin ningún tapujo sobre el trabajo de profesionales de la red que llevan años haciendo algo y haciéndolo bastante bien, porque hasta les pagan por eso.

Con el uso masivo de internet se han creado miles de pequeños monstruos que se consideran cualificados para opinar de cualquier tema relativo a internet con unas nociones mínimas, sea o no algo técnico, cosa que se ha agravado con la popularización de temas como el SEO, la usabilidad, el análisis web o el social media. Y es un fenómeno que yo no alcanzo a entender porque se produce, aunque mucho tiene que ver el uso masivo y la popularización de la red, que están muy bien, y de una repentina popularización de muchas cosas surgen muchas dudas, y de esas dudas surgen muchos oportunistas que con unos conocimientos mínimos se consideran cualificados para dar soluciones profesionales, y además, al ser algo tremendamente popular y aparentemente sencillo de entender, casi cualquier persona cree que puede arreglar un desaguisado serio por haber leido 3 o 4 artículos sobre como funcionan Google, Facebook o lo que es un Community Manager.

A ver, que yo respeto todas las opiniones, que no digo que no, pero que las vea útiles o con sentido, eso ya es otra cosa. Es que es muy gracioso cuando alguien te dice “es que hay que hacer la web amarilla porque así seguro que vendemos más” y tú contestas “¿y eso por qué, en qué te basas?”, y la respuestas suele ser algo así como “hombre, yo creo que sí, es mi opinión”, a lo que a ti te entran unas ganas tremendas de contestar “OK, cojonudo, pero esa es solo tu opinión, ¿crees que miles de personas que entran en esta web son como tú, así de vanidoso eres?, es más, yo también tengo mi opinión sobre ti, y te la voy a dar ahora”. Quiero decir, la opinión es como el culo, todos tenemos uno, pero las decisiones, los cambios, deben estar justificados y argumentados y deben responder a un objetivo claro.

Es bueno recibir feedback y exponerse a la crítica, porque eso es probablemente lo que más ayuda a mejorar, así de claro, pero la crítica, por definición, siempre tiene una argumentación detrás, con la que podrás estar o no de acuerdo, pero tiene una base, cosa que no pasa con la opinión que es espontánea y totalmente subjetiva, y señores, si hablamos de webs que generan negocio = euros la subjetividad no sirve, así de sencillo, de modo que crítica y argumentos sí, opiniones, pues ya no tanto, aunque siempre habrá opiniones interesantes, y probablemente muchas de ellas vengan de personas de las que en principio no las hubiéramos valorado.

Lo bueno de todo esto es que significa que el peso de internet como vehículo motor de negocio cada día crece y crece y de ahí ese interés por aprender y especializarse, y eso, señores, está muy bien. Lo que ya no está tan bien es que el simple conocimiento mínimo de algo sirva como crédito para opinar sobre el trabajo de otros. Eso sí que no.

Por supuesto, esta es mi opinión, y solo mia, que yo también puedo opinar, porque está claro, todos sabemos de internet.

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