Hoy en día el acrónimo DCU, Diseño Centrado en el Usuario, es santo y seña del diseño web, la usabilidad y la experiencia de usuario. Es poner al usuario en el centro del proceso de diseño, sea web o no, y facilitarle una solución específica y lo más sencilla posible a su necesidad en función de su perfil. Esto se traslada a todos los campos del diseño, y especialmente al diseño web o al diseño de interacción, donde el usuario es el protagonista y lo que se busca es que éste pueda satisfacer su necesidad, sea la que sea, de la manera más sencilla, clara y eficaz posible.
Pero el diseño no siempre ha sido así. El protagonismo del que ahora goza el usuario es algo bastante nuevo, sobre todo en el diseño web, donde durante mucho tiempo en lugar de DCU lo que había era DCD, Diseño Centrado en el Diseñador o DCC, Diseño Centrado en el Cliente, o DCP, Diseño Centrado en el Presupuesto, o incluso DCJ, Diseño Centrado en el Jefe.
Si el diseño web ha seguido esta evolución, parece lógico que el análisis o la analítica web sigan el mismo camino y empecemos a hablar ya de análisis centrado en el usuario, o ACU
El ACU, este término que me invento (en este sentido, porque existe existe ACU: Automovil Club de Uruguay, o ACU: Abilene Christian University), es más que un análisis centrado en datos, que es, por lo menos hoy en día, el método principal de análisis, es tener al usuario como centro del análisis, lo que incluye elementos subjetivos importantes, como su perfil sociodemográfico, su contexto local o sus motivaciones y sus sensaciones y sentimientos respecto a la web.