Suelo decir muy a menudo que internet es un medio extremadamente cruel porque nosotros, los que ofrecemos productos o servicios a través de una web, disponemos tan solo de unos pocos segundos, un par de minutos como mucho, para convencer a las personas que visitan nuestros sitios web de que hagan algo (un clic, rellenar un lead, etc), lean algo (contenidos, informes, un post…) o se queden con algo (el nombre de tu marca, lo que haces…).
Puede parecer una obviedad, pero es un comportamiento institucionalizado y que define y condiciona el medio en sí. Hay que transmitir muy bien, conectar rápido con el usuario, mostrarle aquello que realmente le importa y facilitarle el camino a su objetivo en todo momento. Y el tiempo y las palancas que ponemos en la web para que las cosas funcionen son críticos.
Y en este sentido, los call to action (el texto de llamada para hacer clic en un botón o enlace) son algo muy crítico. Una mala llamada a la acción puede echar por tierra un trabajo realmente bueno en un sitio web.
La llamada a la acción en realidad es un sencillo resorte basado en cosas muy básicas: contraste de colores, formas, tamaño de la fuente… y texto o llamada a la acción, que es lo que realmente puede marcar la diferencia en que un usuario decida hacer un clic… o no. Tan sencillo y a la vez tan complejo.
Algo tan aparentemente sencillo como el texto de un enlace o un botón puede condicionar y mucho el nivel de CTR (Click Through Rate – cuanto se hace clic en ese botón) de ese elemento y, por tanto, condicionar mucho la conversión final del sitio web.
La mejor manera de ejemplificar esto es gracias a un test multivariante que realicé hace pocas semanas sobre la web de iZenius. Sigue leyendo »